El porno ha cambiado mucho desde los tiempos de Traci Lords, Linda Lovelace o incluso Jenna Jameson. Ya no es un negocio que apesta a laca para el pelo y directo al VHS. Las nuevas estrellas de la industria como Sasha Grey son personas muy conocidas para el público mainstream y su presencia online es muy fuerte. Ahora ya no es vergonzoso dedicarse al porno, y las mujeres han empezado a admitir su consumo y a admirar a sus estrellas favoritas. Dos de los profesionales más reconocidos de los últimos años eran Stoya y James Deen, que además de protagonizar todo tipo de escenas de sexo en la pantalla, eran pareja y compartían fotos de gatos en sus cuentas de Twitter e Instagram. Ella, descaradamente sexy y él, convertido en el “chico de al lado” por el público femenino, eran los rostros de un sexo mucho mejor fotografiado e iluminado que intentaba romper estereotipos. Pero ahora, Stoya ha acusado públicamente a su ex novio de haberla violado.
“Ese momento en el que te conectas a internet un minuto y ves a la gente idealizando como feminista al tío que te violó. James Deen me cogió y me folló a pesar de que yo dije NO, PARA, y usé mi palabra de seguridad. No puedo asentir y sonreír cuando la gente me lo menciona nunca más.”
Deen se había ganado un hueco entre el público por su aspecto angelical, aunque sus escenas de sexo fuesen duras y en ellas hubiese todo tipo de fantasías que bordeaban la violación y la sumisión femenina. Tras las declaraciones de Stoya, algunas compañeras de profesión han afirmado haber sufrido también abusos por su parte, pero han salido los que creen que en realidad, Stoya sólo está buscando promoción al utilizar la palabra “feminismo” como instrumento para torturar a su ex y destruir su reputación, algo que ya se ha tambaleado cuando varias de las compañías para las que trabajaba o hacían promoción de sus películas han cancelado sus contratos.
Muchos se preguntan por qué denunciar una violación en Twitter en lugar de hacerlo donde corresponde, la policía, y por lo que he podido comprobar, quienes dicen eso no han sufrido una violación. Y muchos menos, la han sufrido a manos de sus parejas que son, como ellas, estrellas del porno. Aurora Snow, antigua actriz de cine X, ya ha comentado lo difícil que puede ser para algunos entender las diferencias entre la ficción adulta y la realidad, como ella ha tenido que dejar claro a sus novios. Y en ocasiones, actores acostumbrados a escenas de sexo duro y las fantasías de violación acaban esperando que todas las mujeres se comporten así ante ellos. El caso más famoso es el de Christy Mack, cuyo novio, un luchador de artes marciales mixtas que se hizo llamar legamente War Machine, golpeó hasta casi matarla después de violarla, y que en el juicio se defendió alegando “que no había mucha diferencia de lo que a ella le gustaba en el porno”.
Stoya demuestra que la violación no es algo que ocurra en callejones oscuros, sino que puede suceder en tu propia casa y a manos de alguien a quien considerabas tu amigo. También, que el cine porno jamás debe ser tomado como referencia para prácticas sexuales, y que no podemos idealizar parejas o personajes públicos sólo por lo que muestren sus perfiles en internet.
